2 personajes icónicos en Pamplona
20.10.2012 10:44
Buscando las fuentes más confiables para guiar nuestra investigación contamos con el aporte de dos personajes icónicos de Pamplona. Por un lado Consuelo Navarro Cote es una de las personas que guarda en su memoria y en la de su familia el legado histórico del pueblo pamplonés. Es historiadora y su casa en Pamplona es una de las casas más antiguas y con mayor importancia en la ciudad: era a su casa donde llegaba el Libertador en sus travesías por Pamplona.
Por otro lado Emiliano Villamizar es el director del Museo Fotográfico de Pamplona, donde se recrea la historia del municipio por medio de fotografías. La familia de este amante de la fotografía también cuenta con una tradición importante ya que su padre Víctor Manuel ‘Toto’ Villamizar es recordado por los pamploneses como el cuentero de la ciudad.
Llegamos con una serie de preguntas preparadas para guiar la entrevista pero con los testimonios de Consuelo Navarro y Emiliano Villamizar el panorama de las narraciones populares en Pamplona, que queríamos recrear, tomó otro color. Por esta razón queremos compartir en este blog nuestra experiencia con ellos.
Como es sabido por todos, Norte de Santander cuenta con una gran influencia del país vecino. De Venezuela no solo viene la gasolina a precio de huevo o los nombres como Lennys, Yorley o Yubeisi; Norte de Santander también convive con la tradición del oscurantismo y brujería venezolana y Pamplona no es la excepción. Grandes historias de exorcistas y culebreros encontramos en ‘la ciudad de la neblina’. Por esto, le preguntamos a Don Emiliano Villamizar qué tan influenciadas han sido las narraciones populares por la cultura Venezolana.
“Bueno primero que todo nosotros fuimos hermanos con los venezolanos. Hasta después del presidente Páez en la época de Bolívar fue que tuvimos frontera. Las familias de nosotros siempre fueron venezolanas. La frontera apareció en la división de la Gran Colombia. Nosotros con los venezolanos siempre convivimos. Antes de que existiera la Universidad de Pamplona había colegios internados y venía mucha gente de Venezuela. Nosotros con Venezuela compartimos casi el mismo criterio en este sentido, sobre todo con la gente de la parte andina. Allá ellos hablan de la gritona y nosotros también. Sin embargo el venezolano es más dado al mito y a la leyenda, a ese tipo de cosas como ocultas. Son como más brujos, nosotros los colombianos no tanto.
La cercanía que tenemos con Venezuela sí tiene algo que ver con esta tradición, pero ahora hay cosas que afectan más, como la televisión.”
Emiliano Villamizar
Como lo explicó Don Emiliano, la conservación de las narraciones populares en Pamplona se ha visto afectada por diversos factores externos a la población pamplonesa. Entre esos nos preguntábamos si la presencia de tantos estudiantes de diferentes lugares del país menguaba la importancia de los mitos propios del municipio. Esta afirmación fue validada por nuestros entrevistados quienes añadieron que a pesar de que las leyendas y los mitos en Colombia cuentan con muchas similitudes (varían solo pequeños detalles como el nombre. Un ejemplo sería la gritona que es la misma llorona) los jóvenes se ven poco atraídos por esta tradición oral, que en Pamplona era patrocinada por diferentes eventos culturales que se daban cada semana, los cuales han sido olvidados.
“Aquí en mi casa viven varios estudiantes de la costa y ellos tienen sus leyendas sus mitos, pero no los comparten como anteriormente lo hacíamos. Nosotros ya no utilizamos el lenguaje que utilizábamos hace 20 años. Las fiestas de los clubes en Pamplona se acabaron. Los domingos la familia se reunía a hacer sancochos. Eso se acabó. Los espacios culturales se han perdido. Antes los cines club eran muy apreciados. A mí me da tristeza ver que ahora en los cines club hay siete u ocho personas. La cultura estudiantil con la universidad ha cambiado mucho haciendo que se pierdan ciertas tradiciones, aunque en los colegios eso aún está vivo pero no por gusto sino por deber. Hay profesores que trabajan sobre eso, hacen representaciones muy bonitas pero que se quedan a nivel interno. Antes nosotros hacíamos veladas intercolegiadas donde por cada colegio pasaba gente y hacía representaciones, poemas, canciones, etc. Pero ya no, ahora lo hacen más como tarea.”
Emiliano Villamizar
“Nosotros ya no nos reunimos como familias. Las reuniones familiares de los domingos se acabaron. Todo mundo iba a misa de 11 y luego a almorzar en la casa del familiar con la casa mas grande.
Los jóvenes han venido interesándose más por las noticias, la actualidad, que cómo está la guerra del medio oriente, cómo va a quedar la votación de Chaves y Capriles, así…”
Consuelo Navarro
Doña Consuelo rescató el hecho de que las narraciones populares eran propias del pueblo, pero que con la llegada de la Universidad, los niveles de educación han reemplazado la tradición oral por otros temas que tienen que ver más con la academia.
“Ese tipo de narraciones vienen de las extracciones populares, de los barrios. Los universitarios, los bachilleres ya no creen en las narraciones. Pamplona conserva algunas cosas de ciudad colonial, pero ha evolucionado con la población que llega acá y pues la tradición oral es de ciudades tradicionales.”
Consuelo Navarro
A pesar de que la población pamplonesa ha perdido el interés por la tradición oral, por reunirse a escuchar, a contar, a imaginar, las creencias religiosas, siguen teniendo vigencia en la cotidianidad del municipio, haciendo que Pamplona sea reconocido por grandes acontecimientos religiosos como las carreras de San Juan o la absoluta devoción durante la semana santa. Y queriéndolo o no las creencias populares y las religiosas cuentan con rasgos muy similares, que hacen que su existencia en una comunidad sea necesaria. Así pudimos apreciar con algunos de los cuentos de Don Emiliano que la religión y las narrativas populares están mucho más ligadas de lo que se piensa.
“Para la iglesia es profano hablar de mitos y leyendas, está prohibido, ustedes saben. Pero realmente en Pamplona existieron muchas personas que unidos a la fe católica contaron muchas historias y fueron incluso sus protagonistas. Por ejemplo el cura Peinado. Él se hizo famoso en el pueblo porque sus exorcismos eran sumamente efectivos. Incluso cuentan una historia de que una niña se metió con un médico y quedó embarazada, pero abortó y tiro al niño al río. A ella la descubrieron y la metieron a la cárcel pero de alguna manera su espíritu se escapaba y se iba a hacer escándalo al río y volvía a la mañana siguiente a donde estaba el cuerpo de la muchacha. Entonces el cura Peinado esperó una noche que alguien llegara a decir que el espíritu estaba por fuera y entonces le puso una túnica blanca bendita a la muchacha en la cárcel para que el espíritu no pudiera volver a entrar y así ese espíritu quedó gritando por siempre.
Pero ahora la gente ya no cree en eso. Eso ya no se escucha ‘que yo no me voy por aquí porque me sale la gritona’, no.
En cambio la fe católica sigue siendo muy importante. Aquí en Pamplona todo evento, fiesta, festival lo que sea, empieza con la santa misa.”
Emiliano Villamizar
Se dice que muchas de las leyendas y mitos reflejan problemáticas sociales y valores propios de la sociedad de donde provienen. Quisimos reconocer los diferentes valores que identifican al pueblo pamplonés y las problemáticas sociales que deben sobrellevar. Pretendíamos encontrar en estas, alguna relación con las narraciones populares predominantes. Sin embargo, no encontramos factores comunes entre los valores y las problemáticas que Don Emiliano y Doña Consuelo resaltaron, y los relatos más populares en Pamplona.
“Nosotros vivimos muy orgullosos de la historia. Nosotros somos una ciudad que tiene historia desde la indígena, luego de la colonia y luego la de la patria. A nosotros nos identifica ser gente sencilla. Nos une la religión, la historia. Cuando hay la fiesta del 4 de julio todo mundo sale y sacan a los personajes de acá y representan situaciones de la época de antaño acá en nuestra ciudad. Eso es muy bonito.”
Emiliano Villamizar
“Para mí el pueblo pamplonés es inteligente, sencillo, amistoso, religioso pero el adjetivo que le cala más al pamplonés es la magnífica hospitalidad. Aquí comparten con usted lo que sea. Por otro lado la situación de la frontera incide en pamplona, no podemos negarlo. Pamplona era una ciudad muy rica, pero ahora somos muy pobres. Tenemos mucha desterritorialización, falta industrialización, así sean microempresas que permitan sacar los productos de Pamplona hacia otras ciudades.
El pamplonés es como temeroso para dar el primer paso. Aquí no hay el mínimo sentido de asociación. Aquí la gente es muy individualista.
También hay algo de machismo, a mi me ha pasado. No confían en lo que uno como mujer pueda hacer.”
Consuelo Navarro
Fue una grata experiencia la que tuvimos con la historiadora y el director del museo Consuelo Navarro y Emiliano Villamizar (dos grandes personas a quienes agradecemos su aporte a este trabajo). Entre cuentos y reflexiones, concretamos que las narraciones populares en Pamplona no han tenido una evolución sino que por el contrario se han deteriorado y desaparecido. Paradójicamente la involución de la tradición oral ha sido causa, según Doña Consuelo, Don Emiliano y muchas otras personas nativas y habitantes de Pamplona con quienes pudimos dialogar, de la evolución del pueblo en otros aspectos.
“Esa tradición se acabó. Yo recuerdo que uno todas las noches cenaba con la familia, luego rezaba el rosario y después escuchaba todas las historias. La noche se prestaba para eso porque la luz eléctrica en Pamplona era menos que la que producía una vela. Entonces el ambiente de la ciudad era todo oscuro, con la niebla, etc. Se prestaba la época para seguir la tradición pero ahora es difícil.”
Emiliano Navarro
“En Pamplona los cementerios, los ríos y los puentes eran lugares donde se recreaban muchísimas historias. Y usted ve y aquí hay muchos lugares que tienen su historia y eso es bonito.
Pero a pesar de que esos lugares sigan presentes, cada vez somos más pocos los que pasamos por el señor del humilladero o por el puente pamplonita y nos detenemos a contar las historias. Es que han habido muchos cambios que así sean necesarios o útiles han acabado con la tradición como la electricidad, la televisión. El panorama de la ciudad de Pamplona ha cambiado mucho.”
Consuelo Navarro